El Síndrome de los Veintitantos.
Sé que
he descuidado bastante el blog, pero hoy leí este texto que me ha gustado mucho
y he decidido compartirlo con ustedes.
Le
llaman la “crisis del primer cuarto de vida”. Espero que les guste.
SÍNDROME
DE LOS VEINTITANTOS
Te
empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos
años atrás. Te das
cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por
diferentes cuestiones: trabajo, estudios, etc. Y cada
vez disfrutas más de esa cervecita o cafécito que sirve como excusa para conversar un
rato.
Las
multitudes ya no son “tan divertidas” e incluso a veces te incomodan.
Extrañas la comodidad del colegio, de los grupos, de socializar con
la misma
gente
de forma constante.
Te empiezas a dar cuenta que mientras algunos son verdaderos amigos otros no
eran tan especiales después de todo. Y entendiste que la amistad después de todo
no se basa en el tiempo, sino en la calidad de la personas que tienes a tu
lado.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo
mejor, esos amigos que creías cercanos o que los conservas desde hace mucho
tiempo, no son exactamente las mejores personas que has conocido y que hay más
gente que te rodea a quienes le debes poner mayor atención y verás quienes
resultan ser amigos de los más importantes para ti.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas y con más dolor.
Entendiste que el tiempo no sana las heridas, sino que alarga las agonías. Y aprendiste que las peleas son distintas a las discusiones y que las discusiones
surgen en base al cariño y engrandecen las relaciones.
Entendiste
que los tiempos no existen y que las decisiones hay que tomarlas alguna vez en
la vida.Aprendiste que alguien más que tú puede tener la razón, y que con los
sentimientos ajenos no se juega.
Que las parejas van y vienen, y que hay gente que queda y que
siempre estará.
Aprendiste a escuchar y a valorar los pequeños detalles del resto que marcan
la diferencia entre las multitudes. Aprendiste que la calidez de palabras, los oídos atentos, las
palabras sinceras y una incondicional lealtad no te la da nadie más que
un verdadero amigo.
Aprendiste que la confianza es algo que se siembra, se riega, se cultiva y se
cosecha, que hay que ganársela y saber mantenerla. Que es para una persona especial, que no es para todos, y que lamentablemente
no se regala y cuando se pierde es imposible recuperarla.
Te rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que significaba tanto te
pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes
por qué no puedes conocer a una persona lo suficientemente interesante como
para querer conocerla mejor.
Los
ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, emborracharte
y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero
para tu pequeña billetera.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo
que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.
A veces te sientes genial e invencible y otras con miedo, solo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado
cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando y de saber
conservar bien el presente porque será tu única compañía en el
futuro.
Lo que
puede que no te des cuenta es que todos los que están leyendo esto se identifican un poco o bastante con ello. La mayoría de los lectores tienen “veintitantos” y les gustaría volver a los 15 -16 algunas veces, pero sabemos que hay personas y cosas que ha
aparecido en nuestro camino durante estos últimos años que son únicos.
Los veintitantos parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito y un desbarajuste en la
cabeza pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos
que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos.
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro, que las amistades
universitarias son las verdaderas y que estamos entrando a la realidad de
nuestras vidas.
Parece que fue ayer que teníamos 16, entonces ¡¿Mañana tendremos 30?! ¿Así de
rápido?
Hagamos valer nuestro tiempo, que no se nos pase.
“La vida no se mide por las veces que respiras,
sino por aquellos momentos que
te dejan sin aliento. ’’
Loveღ
Rossyangelis
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